19 ene 2010

La avaricia























El pago de la avaricia, Pieter Bruegel el Viejo (grabado siglo XV)

[...]¡Calle usted, señora! yo no soy digno de que la mejestad de su secreto entre en mi pobre morada; yo soy un hombre que ha aprendido a decir cuatro palabras de consuelo a los pecadores débiles; y cuatro palabras de terror a los pobres de espíritu fanatizados; yo soy de miel con los que vienen a morder el cebo y de hiel con los que han mordido; el señuelo es de azúcar, el alimento que doy a mis prisioneros, de acíbar...; yo soy un ambicioso, y lo que es peor, mil veces peor, infinítamente peor, yo soy un avariento, yo guardo riquezas mal adquiridas, si mal adquiridas; yo soy un déspota en vez de un pastor; yo vendo la Gracia, yo comercio como un judío con la religión del que arrojó del templo a los mercaderes..., yo soy un miserable, señora; [...]

Pensamiento del Provisor (La Regenta, 1884-1885)

4 comentarios:

Blogger PSYCOMORO ha dicho...

Yo soy un miserable, señora. Imponente declaración de intenciones para un clásico que siempre está ahí. Gracias por recordarlo, Claudia. Un besazo lleno de recuerdos literarios.

19 de enero de 2010, 22:17  
Blogger Claudia ha dicho...

Gracias PSYCO, la verdad es que estoy maravillada con este libro, no esperaba que me fuese a gustar tanto. Y al leer esta parte del libro pensé: madre mia! Que declaración de un cura!. Me pareció extraordinario la verdad.
Todavía no lo he terminado y no se como acaba, así que ya te contaré como lo voy acabando.

Un besazo de confesionario, jeje ;)

24 de enero de 2010, 17:00  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Es solo una muestra de esa maravillosa novela, aún te queda mucho asombro, preciosa mía

Sabía yo que te iba a gustar¡

25 de enero de 2010, 21:55  
Blogger Claudia ha dicho...

LosPasos! Estoy muy enganchada y cada vez mas, jajajaja. Muak

29 de enero de 2010, 14:21  

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